martes, 24 de marzo de 2009

VENEZUELA: EL REGRESO DEL CAUDILLISMO II

¿Qué enigma encierra la estela de sorpresas que deja el barco de Hugo Chávez? ¡Un mar de contradicciones! - responderá cualquier nostálgico de los tiempos de Caldera o Carlos Andrés Perez, cuando la democracia de Venezuela no estaba convertida en una caja de Pandora.

Para quienes seguimos el día a día de la Revolución Bolivariana, para quienes aún nos asalta la duda del perfecto equilibrio que debería guiar los actos de un verdadero Jefe de Estado, cada nueva "salida" de éste singular presidente latinoamericano, es como un espejo perfecto para ver la caricatura de nuestra propia realidad. En lo más íntimo de nuestra conciencia quisieramos encontrar en Chávez un átomo de certeza, una astilla de seguridad y no esa frágil y permanente demostración de un hombre que improvisa sobre la marcha la concepción de un estado igualitario, de un verdadero socialismo construido sobre las mejores virtudes de la sociedad como se percibe en la península Escandinava, en Noruega y Suecia. Pero todo es tan tropicalmente fatuo y estruendoso, que aún periodistas de la objetividad de John Anderson y hombres de la ponderación y respetabilidad de Teodoro Petkoff y el ex consejero Mickelena, no pueden ocultar la misma inevitable incertidumbre y verguenza que les provoca el histrionismo chavista.

La serie de reportajes que bajo la dirección de Ofra Bikel a continuación transcribo de manera textual, me confirman los conceptos vertidos en la primera parte de este largo estudio sobre "El último dinosaurio de los Andes".


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